No hay palabras que se puedan decir. No hay palabras que puedan consolar. No hay palabras que pueden aliviar el dolor. El corazón está profundamente adolorido, los ojos están llenos de lágrimas y todo el cuerpo está entumecido. Mientras dormíamos profundamente en nuestras camas la noche del viernes, un Beit HaMikdash ardía en Flatbush. Un santo... Read more »