¿Por qué aparecen cada vez más grupos terroristas? ¿Por qué sus acciones son cada vez más sangrientas e indiscriminadas, atacando incluso a las poblaciones que dicen defender? ¿A qué responde el nuevo fenómeno del «terrorismo suicida»? Para el profesor Alan M. Dershowitz, uno de los principales defensores de las libertades civiles en Estados Unidos, las razones no hay que buscarlas en la lucha de los oprimidos contra los opresores -pues, en tal caso, el tibetano debería ser el pueblo más terrorista de la historia-, sino en que el terrorismo funciona, tiene éxito, es recompensado por la comunidad internacional en lugar de perseguirse. Si queremos salir victoriosos en esta nueva forma de guerra, hemos de comprender la amenaza en sus justos términos.