Interesante Estrategia de Marketing: Un libro que sólo dura dos meses
La editorial argentina Eterna Cadencia y la agencia de publicidad DraftFCB idearon un libro que comienza a auto-borrarse apenas el lector lo abre. El contenido de este libro fue impreso con una tinta que desaparece completamente a los dos meses de abierto el embalaje. Sus creadores dicen que lo hicieron para difundir la obra de escritores latinoamericanos emergentes.
Este formato perecedero de impresión titulado “El Libro que No Puede Esperar”, cuya tinta es fucsia y huele a solvente, fue creado con una intención evidente: que el lector lo lea rápido. Que no lo amontone entre una pila de libros o en la biblioteca. De hecho, el que no lo lee, pierde. Ya que en poco tiempo tendrá un cuaderno de hojas en blanco en lugar de un libro.
Pero, ¿¡quién en el mundo quiere un libro que se autodestruye en 60 días!? Resulta que, ¡los lectores argentinos lo quieren! La idea fue todo un éxito, y la editorial Eterna Cadencia vendió la totalidad de sus libros con tinta que desaparece en un solo día.
¿Por qué?
La respuesta es muy simple. Uno tiende a apreciar las cosas cuando tienen «fecha de vencimiento». Sólo apreciamos nuestra salud cuando ya no la tenemos, apreciamos a nuestros amigos cuando se han ido, apreciamos nuestra vida cuando ya nos queda poco tiempo, apreciamos un libro cuando sólo tenemos 2 meses para leerlo…
Esta interesante campaña de marketing, además de haber sido muy efectiva, nos entrega un poderoso mensaje que está fuertemente arraigado en el judaísmo: ¡Debemos aprovechar cada segundo de nuestra vida al máximo! El Rav Noaj Weinberg decía que si vives de una forma en la que siempre piensas que habrá un mañana, entonces no harás mucho el día de hoy. El mensaje es que tenemos que aprender a apreciar las cosas antes de que sea demasiado tarde y desaparezcan.
Y de paso, podemos hacer hincapié en el hecho de que nosotros también tenemos un «Libro que no puede esperar». Un «Libro» que nunca dejamos en el estante, a pesar de que sus letras no se borran en dos meses. Lo leemos constantemente, todas las semanas, como si realmente no hubiera un mañana. Y esto ha sido así desde que fue entregado, sin parar. De hecho, cuando lo terminamos comenzamos inmediatamente de nuevo.
Y esa es precisamente la idea, generar conciencia, aprender a desarrollar apreciación por las cosas.
No por nada somos «El Pueblo del Libro».