Mientras interactuamos con nuestra familia, amigos, conocidos y socios de negocios, estamos inconscientemente (¡y a veces conscientemente!) emitiendo juicios sobre los demás, ya sea negativa o positivamente. Ahora bien, cada interacción se introduce en nuestra computadora mental, y podemos llegar a inclinarnos a juzgar a la gente negativamente. Sin embargo, la Torá requiere que juzgamos a casi todo el mundo de manera positiva. Una actitud positiva hacia los demás puede redefinir todo el contexto de nuestra vida y revolucionar todas nuestras relaciones personales.