La felicidad es un anhelo humano universal, sin embargo, hay mucha gente que vive infeliz. La Torá nos enseña que «ser feliz» es una mitzvá, y por lo tanto, la felicidad debe ser posible de alcanzar. El judaísmo tiene una serie de enfoques prácticos para que seamos verdaderamente felices. Estos enfoques no se basan en el hedonismo y la auto-indulgencia que son tan populares en Occidente, sino que se basan en apreciar las oportunidades de la vida misma, sabiendo que cada momento puede ser infundido con significado y que puede ser utilizado para construir una relación con Dios y así cumplir nuestros objetivos en la vida.