Muchos piensan que la religión queda confinada al reino de los asuntos ajenos a este mundo. Sin embargo, el judaísmo rechaza esta división tajante entre las esferas seculares y religiosas y nos alienta a santificar lo mundano. Los elementos ordinarios de nuestra vida, incluso nuestras actividades recreativas, pueden llegar a un nivel más elevado –incluso espiritual.

El judaísmo no ofrece instrucciones específicas para todo el comportamiento humano. Sin embargo, en las fuentes judías podemos encontrar una guía general que nos ayuda a navegar nuestras decisiones personales en todos los aspectos de la vida. Por ejemplo, la jurisprudencia talmúdica que utilizamos para analizar las leyes de la Torá respecto a la compensación por los daños cometidos, también puede guiarnos en aquellas actividades físicas a las cuales nos dediquemos, ya sea para lograr estar en buen estado físico o simplemente para divertirnos.

El judaísmo nos enseña que tenemos la obligación religiosa de cuidar nuestra salud y evitar potenciales peligros para la misma. En esta clase analizaremos el enfoque judío respecto a la salud, el estado físico y las actividades recreativas.