Dos principios fundamentales en la vida diaria de todo judío, y sin embargo no necesariamente bien entendidos, son los de Kidush Hashem – el precepto de santificar el Nombre de Dios, y Jilul Hashem – la correspondiente prohibición de profanar o mancillar Su Nombre. Tal como lo ilustrará esta clase, El Kidush Hashem se define como la promoción del Nombre de Dios en el mundo, demostrando Su omnipresencia, Su omnisciencia, Su poder absoluto y Su soberanía sobre la humanidad. Un acto de Kidush Hashem despierta la conciencia positiva sobre la presencia de Dios en el mundo. En contraste, el Jilul Hashem socava la conciencia positiva de Dios en el mundo.